Sunday, October 29, 2006

Hagan sus apuestas


Comienza la cuenta atrás. En tres días se despejará una de las grandes incógnitas políticas de los últimos meses: ¿quién gobernará en Cataluña durante los próximos cuatro años? (se entiende siempre que no se adelanten las elecciones como en esta legislatura). O mejor, ¿cómo se conformarán los pactos postelectorales? Porque a estas alturas lo que en ya nadie confía es en mayorías absolutas. La expectación es notable. No ocurre así con los comicios asturianos, extremeños o canarios. El propio presidente del Gobierno admite que en las elecciones catalanas “hay mucho en juego” porque servirán de “referencia” para las generales, “como en otras ocasiones”. Por ello, politólogos, periodistas, curiosos y, en general, buena parte de España ya han hecho sus apuestas.

En principio estas apuestas se basan en los sondeos y encuestas preelectorales. Aunque partiendo de que los resultados cambian según qué encuesta se mire, tal vez éstas no se deban tomar como pruebas fehacientes. Véase dos ejemplos (arriba, los resultados del CIS del miércoles 25 y abajo, el sondeo del 26 de octubre del Instituto Opina para la SER):













Si bien es cierto que aunque los resultados de los sondeos no se ajusten, sí que nos pueden guiar en nuestras apuestas. Descartamos desde el principio que ningún partido consiga la mayoría absoluta (68 escaños de los 135 que tiene el Parlamento catalán). Así tenemos las siguientes posibles opciones reales:

1) Tripartito II: una opción es que a pesar de que CiU consiga el mayor número de escaños, se repita lo que ya ocurrió en 2003 y es una alianza PSC-ERC-IC. En principio parece que esta alternativa queda descartada por la Moncloa. Aunque sería la única forma de que Montilla se convirtiese en president. Pero ni a Zapatero ni a Montilla les interesa seguir con un "tripartito" que les encadene a los designios de los republicanos y que mine la imagen del Gobierno español.

2) Por los buenos tiempos: si los resultados de las encuestas se hincharan para el PP o para CiU el próximo 1 de noviembre, una alianza entre estos dos partidos podría ser una realidad. Pero Artur Mas firmó ante notario que no pactaría con los populares. Si Mas llegara a un acuerdo con el Partido Popular, no sólo decepcionaría a los catalanes que votaron por él confiando en su ruptura con la derecha española, sino que habría malgastado su dinero en el notario y recordemos que…la pela es la pela.

3) Per Catalunya:
algunos votan por un pacto nacionalista entre CiU y ERC y mirando las encuestas en este caso sí que alcanzarían conjuntamente la mayoría absoluta. Según el periodista Félix Martínez del diario El Mundo “ni la dirección de Unió Democràtica ni el ala más liberal de Convergència están por la labor de llegar a acuerdos estables con Ezquerra”. Mas también rechazó pactar un Gobierno con Carod (aunque esta vez sin notario de por medio). Por lo que creemos que finalmente esta alianza no llegará a buen puerto, aunque es una opción que no extrañaría a muchos.

4) La sociovergencia: esta es mi apuesta, un pacto CiU-PSC. Se trata de un acuerdo que, además de ser la preferida por los electores de estos partidos, acabaría con la inestabilidad del "tripartito" y ambas partes saldrían beneficiadas. Los socialistas apoyarían a CiU para que éste respaldara a Zapatero en las generales de 2008. El propio Mas ha afirmado en esta campaña que en caso de empate “no quedaría más remedio que configurar la gran coalición entre CiU y PSC”. Pero como también ha comentado el líder de CiU en una entrevista a El País, no es común una alianza entre los dos partidos más fuertes.

Por lo que mi apuesta es que el PSC se abstendrá en la investidura de Mas como president. De esta forma CiU tendría el apoyo implícito del PSC, apoyo que tendría que pagar si Zapatero lo necesitase en 2008. Montilla, el hombre fuerte de ZP, se sacrificaría por el bien de su presidente en el futuro (y así, de paso, evitaría que CiU se tuviera que aliar con ERC). Artur Mas saldría ganador, pero gobernaría en minoría bajo la sombra del PSC, o mejor, de José Luis Rodríguez Zapatero.

Sunday, October 22, 2006

Reformando el Senado


El Consejo de Estado presentó en enero de 2006 el Informe sobre modificaciones de la Constitución española. Uno de los cuatro puntos que propone cambiar responde a la reforma del Senado. Según el art. 69.1 de la Constitución de 1978, el Senado es la Cámara de representación territorial. Pero teniendo en cuenta que la realidad del Estado de las Autonomías ha cambiado, lo lógico es pensar que la Constitución lo debe hacer con ella.

Según el informe del Consejo de Estado, el Senado continuaría siendo una “Cámara parlamentaria”, pero además se potenciaría la función que se especifica en el art.69.1., la de “Cámara de representación territorial”. En todo caso esta territorialidad se manifestaría por su origen y sus funciones, no en exigencias jurídicas. Aumenta su peso, aunque continúa sin ser paritario al de la Cámara Baja o Congreso. Se amplían los plazos para su intervención en el procedimiento legislativo, crecen sus competencias en la especialización legislativa autonómica y se crea una Comisión Mixta para una mayor participación del Senado.

Un punto importante que propone modificar el Consejo de Estado es la designación de senadores. Según el informe, la elección sería directa y cada autonomía elegiría seis senadores, además de otro por provincia y otro por millón de habitantes.

Así el Senado se convertiría en una Cámara de representación general y competencias universales secundarias, a la vez que sería la Cámara de representación territorial y mayores competencias autonómicas.

¿Estamos de acuerdo?

Parece que los partidos políticos están de acuerdo por una vez. El privilegiado que ha conseguido que izquierdas, derechas y centros compartan la misma opinión es el misterioso Senado. Y digo misterioso porque muchos españoles saben que existe, pero a qué se dedica es un enigma comparable al de El Código da Vinci.

Pues bien los partidos políticos españoles han decidido que se debe reformar el Senado. Todos creen necesario este cambio. Los senadores coinciden en que esta Cámara debe tener más peso como representación territorial para participar en los asuntos del Estado y relacionarse con la Administración General. Hasta ahí, todos de acuerdo.

La polémica llega con la posibilidad de modificar el actual sistema de elección de los senadores, reforma que para los socialistas es necesaria.

Los populares, por su parte, defienden el modelo actual para designar a los senadores y creen que es el “más democrático de nuestro sistema electoral”.

El Grupo Entesa Catalana de Progrés (ERC) tampoco está de acuerdo con un Senado con base autonómica y no provincial. CiU cree que es “excesivamente sesgado e inaceptable para las comunidades con más de dos provincias”. Los vascos hablan de representatividad. Y para el Partido Aragonés tampoco es aceptable ya que rebajaría la actual representación que tiene Aragón.

Una de cal y otra de arena. Al menos, la necesidad de una reforma del Senado es compartida. Si finalmente todos los partidos llegan a un acuerdo y se lleva a cabo, sólo el tiempo lo dirá.

Friday, October 06, 2006

Papel mojado

Discurso candidato de partido X a la alcaldía de ciudad Y:

Señores y señoras, antes que nada les pediría que hiciesen memoria. Ubíquense: año 2003, poco antes de las elecciones municipales. Nuestro excelentísimo, y por poco tiempo, (ironía) alcalde se presentaba ante todos ustedes y prometía. Prometía relanzar el comercio de la ciudad, prometía crear zonas verdes en cada calle, prometía potenciar nuestra cultura local y reforzar nuestras tradiciones (anáfora). Pues bien, de eso hace ya tres años. Y ahora nosotros nos preguntamos ¿dónde han ido a parar esas promesas? (interrogación retórica). Porque si se ha relanzado el comercio, sólo ha sido el de las empresas más poderosas. Y si se han construido parques, no ha habido agua para regarlos (paradoja). Y nuestra cultura también se ha reforzado, si para él cultura es que las playas se llenen de guiris mientras nuestros museos se pudren en el olvido (exageración). Y es que, señores y señoras, las promesas se esfuman con el aire. Por eso nosotros no prometemos, nosotros actuamos y ponemos solución a los problemas de nuestra comunidad (comparación o símil). Estamos cansados de carreteras que destrozan nuestro espacio natural, de colegios con clases abarrotadas, de que los pequeños comerciantes tengan que cerrar los negocios a los que han dedicado todas sus vidas (enumeración). Porque estamos cansados, y sabemos que ustedes también lo están, nosotros ofrecemos soluciones que refuercen nuestra mejor materia prima: la educación de nuestros hijos, la conservación de nuestros parajes naturales y la potenciación del pequeño y mediano comercio que es el que siempre ha mantenido a nuestra ciudad como una de las más emprendedoras de este país (enumeración y comparación).

Nosotros sólo buscamos una cosa: su bienestar. Y les aseguramos que para ello trabajaremos durante los cuatro años de legislación, si ustedes nos lo permiten. Y creemos que nos lo permitirán porque ya es hora de que se tomen decisiones y se pierda el miedo a cambiar. (anadiplosis). Porque el cambio, señores y señoras, es el camino al futuro y nuestro futuro empieza ya.

Escribir… ¿para quién?

Dicen que los periodistas escriben y hablan para los periodistas. Olvidan que su destinatario es el público y que su objetivo es explicar a ese público cuál es la realidad en la que vive. Cuando el periodista comienza a dominar un ámbito, a tratar con las mismas fuentes y a relacionarse únicamente en un mismo círculo, es cuando distorsiona su propia naturaleza. El problema es que se cree especialista y prefiere que sus compañeros de profesión halaguen su capacidad comprensiva de la realidad y analítica. Afortunadamente estos casos son los mínimos y no se suelen dar de forma tan extrema. Pero como es lógico, acostumbrados a moverse siempre en la misma esfera, acaban introduciendo tecnicismos, jergas profesionales y olvidando que no todo lo que para ellos es obvio lo es para el lector.

Un caso como este lo encontramos en el reportaje titulado “La unanimidad que paraliza Europa” de Ana Carbajosa publicado en diario El País. En este texto la enviada especial analiza la situación actual de la Unión Europea. Explica algunos conceptos como la cláusula pasarela, la euroorden o el principio de disponibilidad. Es un artículo claro, conciso, comprensible. Un artículo que sólo falla en un punto: la mayoría cualificada. La periodista da por supuesto que el señor que lee el diario en el bar sabe qué es la mayoría cualificada. Quizás no tendría tanta importancia si no fuera porque una de las claves para comprender la situación que explica la señorita Carbajosa radica, precisamente, en esa mayoría cualificada que nombra, pero no explica. El concepto no es complejo, pero si no se conoce el texto pierde su sentido. Por un lado tenemos un sistema de votación que es la mayoría simple, en la que se aprueba la decisión que más votos ha tenido a su favor. También está la mayoría absoluta, que requiere de la mitad de los votos más uno. Y finalmente, encontramos la famosa mayoría cualificada que dispone un porcentaje concreto de votos para aprobar esa decisión (suele ser mayor del 50%). Así que si Ana Carbajosa únicamente hubiese añadido un paréntesis que dijese “que voten a favor más del 50% de los miembros”, su reportaje hubiese quedado más claro.

Esperando la paz

Tres encapuchados, dos de ellos armados, aparecen en un acto público. Disparan siete tiros al aire y dicen que van a “seguir luchando firmemente, con las armas en la mano”. El kale borroka en el País Vasco.

Los expertos se dividen ante esta confirmación pública del uso de las armas para conseguir la independencia vasca. Unos se decantan por la división interna entre el aparato militar y el aparto político de la banda. Otros, apuestan por una estrategia para presionar al Gobierno ante una cercana reunión para negociar la paz. Y es que, señores, la paz como el precio de la ropa en los mercadillos, se negocia. A la paz se le ponen condiciones. La paz se compra aunque no cotice en bolsa. Y la paz se espera a que algún día la gente pueda vivir en paz.

Thursday, October 05, 2006

Si Aristóteles levantara la cabeza...


Decía Aristóteles, allá por el siglo IV a.C., que:
por lo que el hombre no puede huir de la política ya que forma parte de su propia esencia. Decía este sabio filósofo griego que sólo podía escapar de ella un bruto o un ser superior a la especie humana. Y es que a veces me gustaría ser dios.

Porque el principal problema de la política es el poder. El poder es el que distorsiona sus objetivos reales de organizar la vida pública. Y aquí es donde entran en juego los periodistas. Los periodistas son ciudadanos que tienen la obligación de observar, analizar y descubrir las argucias de los políticos para que la sociedad pueda opinar con conocimiento de causa. Por eso el periodista debe ser alguien cualificado, que vele ante todo por el interés del público, que desconfíe de la política y que, por supuesto, huya del poder. Porque el poder es la fiera más voraz que hay.

Me pregunto si Aristóteles cambiaría su teoría si viviera en el siglo XXI. Seguramente lo haría. Si levantara la cabeza y viese que esos brutos mueven los hilos del mundo entero, se echaría el pobre hombre las manos a la cabeza.