Parece que los partidos políticos están de acuerdo por una vez. El privilegiado que ha conseguido que izquierdas, derechas y centros compartan la misma opinión es el misterioso Senado. Y digo misterioso porque muchos españoles saben que existe, pero a qué se dedica es un enigma comparable al de El Código da Vinci.
Pues bien los partidos políticos españoles han decidido que se debe reformar el Senado. Todos creen necesario este cambio. Los senadores coinciden en que esta Cámara debe tener más peso como representación territorial para participar en los asuntos del Estado y relacionarse con la Administración General. Hasta ahí, todos de acuerdo.
La polémica llega con la posibilidad de modificar el actual sistema de elección de los senadores, reforma que para los socialistas es necesaria.
Los populares, por su parte, defienden el modelo actual para designar a los senadores y creen que es el “más democrático de nuestro sistema electoral”.
El Grupo Entesa Catalana de Progrés (ERC) tampoco está de acuerdo con un Senado con base autonómica y no provincial. CiU cree que es “excesivamente sesgado e inaceptable para las comunidades con más de dos provincias”. Los vascos hablan de representatividad. Y para el Partido Aragonés tampoco es aceptable ya que rebajaría la actual representación que tiene Aragón.
Una de cal y otra de arena. Al menos, la necesidad de una reforma del Senado es compartida. Si finalmente todos los partidos llegan a un acuerdo y se lleva a cabo, sólo el tiempo lo dirá.
Pues bien los partidos políticos españoles han decidido que se debe reformar el Senado. Todos creen necesario este cambio. Los senadores coinciden en que esta Cámara debe tener más peso como representación territorial para participar en los asuntos del Estado y relacionarse con la Administración General. Hasta ahí, todos de acuerdo.
La polémica llega con la posibilidad de modificar el actual sistema de elección de los senadores, reforma que para los socialistas es necesaria.
Los populares, por su parte, defienden el modelo actual para designar a los senadores y creen que es el “más democrático de nuestro sistema electoral”.
El Grupo Entesa Catalana de Progrés (ERC) tampoco está de acuerdo con un Senado con base autonómica y no provincial. CiU cree que es “excesivamente sesgado e inaceptable para las comunidades con más de dos provincias”. Los vascos hablan de representatividad. Y para el Partido Aragonés tampoco es aceptable ya que rebajaría la actual representación que tiene Aragón.
Una de cal y otra de arena. Al menos, la necesidad de una reforma del Senado es compartida. Si finalmente todos los partidos llegan a un acuerdo y se lleva a cabo, sólo el tiempo lo dirá.
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