Debe su nombre a un error del funcionario del registro civil. Un nombre que ha elevado a Portugal hasta los niveles más altos de la Literatura. José Saramago no necesitaba el Nobel (ni otros muchos premios) para demostrar su riqueza literaria. Aunque estudió en una escuela industrial y dedicó sus primeros años de juventud a trabajar en una herrería, la pasión por las letras pudo con él. A los 25 años publicó Terra de pecado, que prácticamente pasó desapercibida tanto por la crítica como por los lectores. Su segunda obra ni siquiera llegó a editarse. Decepcionado, tal vez, Saramago tardó 20 años en volver a publicar. Pero volvió por la puerta grande. En 1969 decide dedicar su vida a las palabras y así lo hace, plasmándolas en libros o en periódicos y revistas. Siempre involucrado políticamente, se hizo miembro del Partido Comunista Portugués cuando era ilegal y participó activamente en la Revolución de los Claveles.
En Ensayo sobre la lucidez demuestra su interés por los asuntos políticos, especialmente, por su degradación. Utiliza un escenario ficticio para criticar a una democracia corrupta y manipulada por las altas esferas del poder. Interesante parábola que llega a estremecer por sus similitudes con la vida real. En una capital de un país cualquiera (pongamos que habla de Portugal), el 83% de los votantes deposita sus papeletas en blanco lo que desencadena la furia del poder político que arremete contra sus ciudadanos utilizando todo tipo de represión. Comienzan con declarar el estado de excepción, después les llega el estado de sitio y finalmente políticos y fuerzas de la seguridad abandonan la ciudad en una “retirada múltiple”. Como todo esto no es suficiente para empañar la lucidez de los votantes, se salpican estos actos de amenazas, infiltraciones, atentados sangrientos, asesinatos injustificados y manipulaciones de todo tipo. Una obra que defiende el poder de la democracia ante situaciones de represión. Todo ello con un original estilo sin los diálogos tradicionales, sustituye los guiones por las comas. Así se entremezclan los pensamientos y sentimientos de los propios personajes y del propio Saramago.
Sunday, January 07, 2007
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